La brújula del despertar (Libertad y destino)
Existir supone ensayar. Y ensayar supone equivocarse, aprender de los errores, corregir y seguir ensayando. Resulta difícil reconocer el equívoco. Podemos caminar inconscientemente por un sendero incorrecto, finalmente nos damos cuenta, cuando nos percatamos de que ese sendero no nos lleva a ningún sitio, de que solamente nos está produciendo sufrimiento, ansiedad, desorientación existencial. Entonces tratamos de encarrilar, de advertir los pasos mal dados para encauzar el tránsito. Nunca es tarde, ni siquiera cuando la fatiga nos impide el ánimo para desentrañar la madeja de la confusión. Nunca es tarde si mantenemos, aunque sólo sea, un ápice de confianza. No hay pasos baldíos completamente, todo nos muestra una enseñanza, incluso el error, o quizás el error sobre todo. El error nos muestra la certeza de nuestra naturaleza humana más instintiva. Aquella que nos conduce a equivocarnos en pos de nuestro beneficio superviviente, egoísta. El instinto del deseo nos lleva a querer aquello