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Mostrando entradas de mayo, 2008

Otra nueva refutación del tiempo

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Buda dijo "Aes dhammo sanantano": "Sólo una ley lo rige todo, una ley eterna". Es cierto, la fuerza del 'dharma' lo abarca todo, comprende la pura esencia de la realidad. A menudo nos cuesta aceptar que el tiempo es una ilusión, un ignoto transcurrir donde nuestra memoria va marcando lo perdido con las señales de la melancolía y la nostalgia: el hiriente anhelo del regreso a nuestra Ítaca perdida. Esa es, precisamente, la etimología de la palabra griega 'nostalgia'. 'Nostos' significa 'regreso' y 'algos' dolor. La nostalgia es el dolor que produce el no poder regresar a lo que una vez sentimos como nuestro. La ley de la vida nos enseña a ir aceptando lo perdido, a reconocer que el tiempo pasado es una pura ficción, algo que no tiene identidad ni existencia. Mirar atrás resulta como mirar a una nada que la semiótica de nuestra imaginación ha ido llenando de símbolos e impenetrables metáforas de lo que una vez fue. Ir hacia el

Los últimos instantes de nuestra vida

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¿Cómo serán los últimos instantes de nuestra vida? ¿Igual que cuando apagamos la lámpara al caer la noche, para irnos a dormir? ¿Será eso? ¿Un profundo sueño, un sueño eterno de silencio oscuro? "Luz... más luz", dijo Goethe instantes antes de fallecer, pidió que abrieran las ventanas. La oscuridad le vencía cada vez más, hasta que al final... la oscuridad se lo llevó, y todo consigo. ¿Qué vida nos prometen los profetas religiosos de la Tierra? ¿Qué luz divisan más allá de este sol de todos los días que nos quema si lo miramos fijamente? ¿Qué luz más allá de la luz será la que nos espere cuando cerremos los ojos y sueñen los latidos de nuestro corazón su nuevo ritmo profundo e infinito? ¿Qué sueño más allá del sueño de la vida nos depara esta ilusión que llamamos muerte, de la que nunca nadie regresó de su visita? Cuando llegue el decreto de nuestro último sueño, la noche en que una oración de consuelo no es suficiente para aliviar lo insondable, yo pediré luz... más luz...

El sentido de la vida o el juego del Ser

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La realidad, a veces, es difícil de comprender. Uno nunca termina de acostumbrarse al sufrimiento y no deja de preguntarse su porqué, el sentido del mismo. El sufrimiento, por unos motivos u otros, en mayor o menor medida, es algo que compartimos todos los seres sintientes. La vida tiene etapas difíciles, otras mejores... y siempre persiste esa búsqueda del corazón, ese anhelo de felicidad y esa necesidad de desalojar al sufrimiento. Para Buda ese era el sentido de la vida: la liberación del sufrimiento. La idea del 'nirvana' se nos puede hacer lejana, como inconquistable. Esa meta de alcanzar la felicidad máxima más allá del 'samsara', de despojarnos no sólo del sufrimiento en esta vida, sino también del acumulado en vidas pasadas (karma) y dejar, finalmente, de reencarnarnos, para ser libres por siempre. La experiencia de la vida nos enseña a cambiar, a mejorar, a apaciguar nuestros deseos, a equilibrar el alma. Poco a poco nos vamos haciendo más comprensivos con noso

Nuestras vidas son los ríos...

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Nuestras vidas son una pequeña gota de agua vertida en el océano de la eternidad. Vivimos nuestro átomo de tiempo asignado como si de una larguísima obra argumental se tratase, pero no es más que un frágil soplo de aire, una fracción de segundo perdida en el infinito al ocaso de nuestras vidas. Borges dijo: "Sólo una cosa no hay. Es el olvido". Pero, ¿podemos estar seguros de ello?, ¿tendremos recuerdo de nosotros mismos, de lo que fuimos, de lo que pensamos o amamos, cuando ya no estemos aquí y sea la muerte nuestro único señorío? Nada o todo, esa es la gran pregunta hacia la que se dirige nuestro río de la vida, ¿hacia el mar o hacia el desierto? Quizá lo mejor sea conservar la esperanza de no naufragar en el olvido. La esperanza de ser algo más que cuerpo y mente en el tiempo físico, la esperanza de formar parte de algo Superior que nos salve de la nada eterna: el Ser, la Consciencia Universal, la Divinidad... No sé, a veces me siento como un niño impotente que ha olvidado

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