Conciencia y despertar
Despertar a la conciencia significa ser uno en ella, sin esfuerzo, sin intento, nada más que surgiendo en la más pura espontaneidad del no-principio y del no-fin. No hay tiempo, ni intervalos, ni esperas, ni reposos, para aquello que es eterno, que siempre es y siempre late verdadero, esencial. Vivir de acuerdo a ello es vivir de acuerdo a uno mismo, entregándose a lo natural que nos recorre, a lo vital que nos vive. Ser uno mismo es ser uno con todo y en todo. El principio del amor es la unidad, mirarse y mirar a todo tal que lo íntimo nuestro, tal que un perfil propio sentido, descubierto, abrazado. Aquello que más amamos reposa en el corazón, nos da el latir y la mirada, el gesto y la voz encaminada. Aquello que más amamos es la brújula del corazón y también la geografía que recorrer, el descubrimiento, la aventura del alma hacia sí misma.