Plenitud del vacío
Cuando la mente se rinde,
y ya no busca nada
a lo que asirse constantemente,
experimenta el gozo del silencio,
descansa en él sin nada más
que quiera alcanzar.
Y ahí, rendida pero victoriosa,
encuentra al fin su plenitud.
Cuando la mente se rinde,
y ya no busca nada
a lo que asirse constantemente,
experimenta el gozo del silencio,
descansa en él sin nada más
que quiera alcanzar.
Y ahí, rendida pero victoriosa,
encuentra al fin su plenitud.
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