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Mostrando entradas de marzo, 2009

Misterios cotidianos

La brisa de la gracia divina sopla para todos, pero para sentirla tenemos que desplegar la vela. Ramakrishna Estar abierto al misterio nos ayuda a percibir el instante como algo impredecible. Supone tener la confianza de que algo nuevo puede pasar, esa certidumbre inquieta de aceptar lo inesperado como signo necesario de nuestro aprendizaje vital. Estar encerrados en convicciones perennes nos aleja de la comprensión de aquello que suponemos distinto o impropio de nosotros. Pero nada nos es ajeno, todo cuanto vemos a nuestro alrededor nos concierne, nos toca de lleno. La voluntad de acercarse a esa región inhabitada que se nos presenta en el escenario de nuestra existencia es el primer paso para comenzar a establecer un vínculo de conocimiento con lo extraño. Nosotros elegimos que el vislumbre de lo extraño se convierta en luz acompañante o en sombra despedida. Pero –al menos- es legítimo y casi obligado acercarse –aunque sólo sea pasando inadvertidamente de largo- por el foco del enigm

Oración de Gratitud

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(Dedicado a Babaji) En el aire que respiro veo la luz silenciosa y el sonido certero del amor Tuyo En Ti, mi Dios, descanso con gratitud y sosegado, lleno de dulces melodías interiores que bañan mi conciencia de quietud pura y confortable Por Ti, mi Señor, hay verdad en la entrega, paraíso en la renuncia, visión en la noche oscura y destellos de gozo calmos y constantes Tan real como la luz del sol es el amor cálido y fiel en que me arropas cuando entrego mi esperanza y todo cuanto soy al bondadoso fulgor de Tu Sagrado Nombre Sea así, siempre, mi Señor, el amor que siento por Ti una llamada hacia las puertas de Tu misterio. Porque oigo Tu voz y Tu gracia en cada latido que en Ti respiro y en cada segundo de alegría en que contigo amanezco. Sea así, por siempre, mi Señor, Tu voz y mi palabra dichosamente encontradas.

Conciencia, iluminación y energía vital

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La conciencia es un universo; su sol es el amor. Henri Fréderic Amiel El sol de la vida abre nuestros corazones. El hálito de la respiración nos sumerge en la vivencia consciente de nuestro ser, nos alimenta de energía vital e inspira una realidad animada en la que habitamos tratando de hallar aquello que nos conecta con un estado más pleno de nuestra existencia. La conciencia es una verdad sin límites, un tesoro del hombre que canaliza sombras vedadas y luces detenidas. La conciencia pone en movimiento el renacer de lo que somos, instante a instante, nos transporta al conocimiento e interpretación del mundo, integrados en el lenguaje o en el silencio, la capacidad de comprensión se expande y nos arroja al encuentro con el paraíso de nuestra identidad. Todo instante, todo movimiento, todo fenómeno, es una revelación. Lo infinito cognoscible se destila en la quietud del saber. Supimos cosas increíbles a lo largo de nuestra vida, buenas o no tan buenas, que nos cambiaron por siempre, que

El camino espiritual de la meditación y el silencio

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“El silencio es la oración”, reza el Atma Puya Upanishad. Y, realmente, poco más necesitamos para llegar al conocimiento de lo esencial. En una oración ordinaria, verbal, nos escuchamos a nosotros mismos; son las palabras, el lenguaje, lo que desea comunicar con lo Supremo. Y el lenguaje está limitado, es un instrumento para usar entre humanos, pero no para comunicar con lo divino. ‘Oración’ (del lat. oris-ratio: ‘la boca que razona’) podría definirse como “la razón expresada por medio de la boca o de las palabras” y ‘palabra’ (del lat. parábola gr. Parabolé: ‘compración’, ‘símil’) no es más que una imagen que suplanta al objeto, es decir, un presupuesto subjetivo de lo real. Por tanto, el acceso a lo real se nos escapa al ser interiorizado en lenguaje, como entendería Lacan, lo real no-es, o no puede comprenderse. Lo real es la nada. He aquí una palabra, ‘nada’, de gran trascendencia filosófica, convertida en un ‘ismo’ por autores como Schopenhauer o Nietzsche. Y

Palabras de Maitreya

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1 He nacido en el amor. Soy hijo del amor. Mi Padre canta a la nada y a los vientos de nadie. Mi Padre canta a los vientos para que el mundo no enmudezca ni derrame lágrimas de desconsuelo. Hoy he llorado. He llorado por el mundo. He llorado por las lágrimas del mundo. Hubo un tiempo en que siempre era de día. No existía la noche ni el temor a la noche. No existía la oscuridad ni las sombras. El Sol era el corazón de mi Padre y no había nada que pudiera ocultarlo. ¿Quién canta ahora –tan de cerca- esa canción oscura que Le hace llorar? Viajo ahora hacia esa oscuridad callada, para llenarla de luz y amor, para aliviar el llanto compasivo de mi Padre. Viajo ahora hacia la tierra del dolor, para sembrar en ella las semillas de la esperanza. 2 El corazón escucha latir tu regreso, Maitreya. Se ha dicho que somos lo mismo, se ha escrito que eres la presencia del Atman hecho luz, una luz que brilla en tu mirada transparente. Maitreya, con tu venida, por fin

Despertar de la conciencia mística

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Él me muestra el mundo tal como es, dirige mis pasos lentamente por el camino del amor, me guarda entre sus brazos de luz y calor y me enseña la quietud del silencio, el soplo misterioso de la vida, la honda exhalación del ser en reposo y consciente de su crepúsculo interior. Él camina a mi lado, dentro y fuera del aire del mundo, en suave armonía, con la paz de haber llegado al destino final del sagrado enigma. Él agita mi dolor y lo transforma en gratitud, en comprensión. Su presencia vibra en beatitud, Su palabra callada dice verdades supremas, Su sonrisa aquieta el desasosiego y transforma la fatigada búsqueda en sublime llegada a la casa del ser, sin lenguaje, sin palabras, con la certidumbre inexplicable y revelada del íntimo e infinito existir.

ENTRADAS AL AZAR