El verdadero descanso sucede cuando hay calma y paz. A veces necesitas ese descanso perfecto, donde te rindes completamente a este momento y dejas que tu cuerpo y tu mente se abandonen al silencio, al no hacer, al dejarse ir... Y entonces aparece el milagro, el éxtasis de la quietud que nos regala una paz inconmensurable. Pero estamos completamente absorbidos por el hacer, parece que si no hacemos el mundo se acaba y realmente ya no sabemos cómo dejar de hacer a no ser que sea a través de llegar al agotamiento, al ejercicio agresivo, de llevar al cuerpo y a la mente al límite de sus posibilidades. Pero ese agotamiento no trae descanso ni renovación, solamente añade más desasosiego, lucha y sufrimiento porque hemos perdido la capacidad innata de escuchar lo que nuestro ser necesita, que incluye parar, descansar, sentirse, meditar, relajarse en la respiración natural y consciente. Pero, ¿y cómo hacer eso? Esa es la eterna pregunta de la mente. Pregunta sin respuesta, porque la pr